Nuestra ruta continúa... Instituto Padre Suárez (Gran Vía de Colón)

31.12.2017

El Edificio del Instituto Padre Suárez fue realizado por el arquitecto Fernando Wilhelmi Manzano. Según opina Jerez Mir, se trata de un "edificio exento, con cuatro fachadas y variados volúmenes, jardín y campo de deportes, rodeado el conjunto por una verja de hierro" (Jerez Mir, 2003, Pp 208). Constructivamente consta de sótano, planta baja, primera planta, ático con terrazas y varias torres.

Hay que tener en cuenta que Wilhelmi va a tener que realizar un edificio para unos comitentes que están relacionados con la masonería. Aunque inicialmente la institución "Instituto Padre Suárez" no estuvo ubicada en este edificio, desde 1876 contaba ya con un gran número de mecenas y profesores masones, entre ellos Rafael García Álvarez, uno de los primeros darwinistas y krausistas españoles. Debido a su carácter progresista y su vinculación con la masonería, sus obras fueron quemadas en la plaza de las Pasiegas por el arzobispo Bienvenido Monzón (Gallastegui, 2011).

Como consecuencia de esa vinculación masónica, Wilhelmi crea un edificio cuya fachada principal se abre a la Gran Vía de Colón y presenta un cuerpo central saliente, dos cuerpos laterales de menor altura retranqueados y cuerpos extremos también salientes que ocupan las fachadas laterales. Los paramentos de todo el edificio están realizados con sillería de piedra, y el estilo de todo el edificio es ecléctico, teniendo una gran presencia los elementos neogóticos junto con elementos clásicos y modernistas.

La simbología masónica es muy importante en este edificio porque solamente en la planta, y en la adaptación del edificio al solar, encontramos ya significación masónica. Según nos expuso el Doctor Martín López, la propia adaptación al terreno contiene una fórmula que podría tener una doble lectura; o bien podría ser el resultado del desarrollo del Teorema de Pitágoras adaptado el urbanismo, o bien podría tratarse de la adaptación terrestre de una constelación. Esta última opción es muy llamativa porque si en verdad es el desarrollo de una constelación, cada una de las columnas que rodean el recinto podrían marcar el desarrollo de una constelación estelar.

Esta idea no es descabellada teniendo en cuenta que la masonería a veces usa, incluso en planimetría, determinadas composiciones [astrológicas]. Sí es verdad que es muy rara, pero también por otro lado la carretera antigua y el propio desarrollo de esta calle [la Gran Vía] hace que tenga una cuña lógica en el solar que queda, puesto que los edificios [que lo rodean] son anteriores y esta calle [la inmediatamente posterior] es anterior, y hay fotos que así lo demuestran. ¿Podría haberse hecho de otro modo? Sí, por tanto es bastante singular, pero no me atrevería a saber decir el porqué. (D. Martín López, entrevista personal grabada, 17/11/2017).

Teniendo en cuenta lo dicho se puede pensar que la constelación[1] que se puedo haber usado es la Constelación Norma et Regula (que significa escuadra y nivel). Según se recoge en el blog de Logia Ave Fénix 13, esta constelación fue descubierta por Nicolás de Lacaille, teniendo como constelaciones colindantes la zodiacal de Escorpio y otras como Lupus, Circinus, Triangulum Australe y Ara(La astrología y la masonería, 2012). Su forma recuerda vagamente la fórmula de adaptación al terreno presente en este instituto, y, además, su nombre hace alusión a las herramientas de cantería, la escuadra y el nivel. En cuanto a las columnas marcadas por el profesor Martín, debemos decir de ellas que en el total del solar aparecen 20; no todas son iguales, unas tienen un fuste liso y una sección cuadrangular, estando su capitel formado por tres puntos que sirven de base para la esfera que corona.

Otras son más complejas y las podemos encontrar enmarcando la puerta del patio grande (que desemboca en Gran Vía) y del patio pequeño (que va a dar a San Jerónimo). Estos pilares están compuestos de un núcleo central que engloba en su alrededor una alternancia de cinco columnas con el mismo número de aristas, y si uno corta la sección transversal de estas columnas obtendría una circunferencia inscrita en un pentágono, una figura filosofal que se corresponde a la alquimia.Son columnas realizadas con un corte modernista pero con un espíritu románico (D. Martín López, entrevista personal grabada, 17/11/2017). Su coronación se realiza a través de un capitel muy complicado,tanto arquitectónica como simbólicamente, al desarrollarse a través de un cimacio invertido que tiene grabado en todas sus caras un labrys[2]. Encima del cimacio encontramos decoraciones de hoja de acacia que desembocan en orbes que son a la vez celestres y terrestres, pues en su diseño aparece la Tierra dibujada, aunque luego no se termina tallando. Además este orbe está rodeado por un aro, una fórmula que simula ser los signos zodiacales, lo que lo convertiría también en un orbe celestre, mostrando un discurso de dualidad y unión en los orbes (D. Martín López, entrevista personal grabada, 17/11/2017).

El enverjado también muestra una gran significación masónica, aunque se muestra de forma más sutil, ya que a simple vista es una estructura normal con una decoración de flor de loto, flor importante dentro de la masonería. Su simbología más profunda no puede verse, solo la noche y la luz artificial muestran en la pared una onda que "suele bordear el perímetro de una logia"(D. Martín López, entrevista personal grabada, 17/11/2017), siendo esta ondaun borde festoneado que sigue un gran ritmo compositivo. Esta misma fórmula la podemos encontrar en obras de pintores masones como Juan Gris, que siempre incluye en sus obras un bode festoneado o bien con greca o con este tipo de onda. A todo esto tenemos que añadir que esta reja tiene piñas, pero el profesor Martín no se arriesgó a calificarlas como masonas, pues o bien pueden tener esta simbología o bien pueden haber sido realizadas por moda[3].

Si nos centramos en la fachada principal debemos decir que el cuerpo central saliente tiene un tratamiento monumental, y en él se sitúa la portada, conformada por un gran arco de medio punto flanqueados por vanos -también de medio punto- de menor tamaño y abocinados. Los tres arcos están rematados con un toro que sirve de marco a las enjutas vegetales y a dos tondos. Estos tondos son, para el profesor Martín López, dos espejos porque en su interior presentan una lámina convexa.

El espejo tiene que ver con la idea de la reflexión de la claridad masónica, de la luz masónica. La luz masónica incide en el espejo e irradia protección y luminosidad a los demás, y por lo tanto en un centro de enseñanza tiene un sentido simbólico pero con esa connotación (D. Martín López, entrevista personal grabada, 17/11/2017).

Marca la separación a la segunda planta una cornisa que abraza el cuerpo bajo y enmarca la segunda planta, conformada por tres vanos realizados con arcos escarzanos con un antepecho abalaustrado de fábrica. Las ventanas se separan entre sí con diferentes pilastras ornamentadas con motivos vegetales, mientras que la clave de los arcos muestra unas "cabezas de cariátides unidas por un friso corrido a lo largo de toda la fachada" (AA.VV, 2002, Pp. 276). No son cariátides, sino que son representaciones de la diosa Hathor con los ojos cerrados y a la vez irradiantes de luz. A su vez, a ambos lados de las ventanas aparecen dos emblemas que representa a las Ciencias y las Artes, cada una desarrollada teniendo una deidad asociada que respectivamente serían Apolo o Mercurio y Atenea.

El cuerpo principal remata, en primer lugar, con un arquitrabe donde se puede leer "INTITUTO GENERAL Y TÉCNICO", la primitiva denominación del centro de enseñanza. En segundo lugar se desarrolla un friso decorativo ornamentado con motivos vegetales, mostrando flores de acacia junto con acanto que dan paso a un friso de triglifos; y metopas lisas. La cornisa que corona la edificación está marcada por un frontón curvo central y dos antemas a modo de acrótera laterales. El frontón central está compuesto por un arco serliano que desarrolla en su interior un escudo oval -que muestra las armas de Alfonso XIII- flanqueado por dos animales enfrentados, mientras que las acróteras laterales repiten el mismo diseño pero están rematadas con sendas coronas murales, pudiendo hacer referencia a la II República Española[4].

El resto de las fachadas se configuran siguiendo un mismo patrón: un cuerpo central de tres plantas que sirve como eje a las mismas tres plantas divididas en tres calles con dos cuerpos extremos como límite constructivo. El semisótano muestra su presencia al exterior a través de pequeñas ventanas cuadradas. La primera planta está organizada con vanos adintelados, protegidos en la parte inferior con unos paneles de ornamentación vegetal, mientras que actúa como remate de los dinteles una moldura decorada con una ménsula palmiforme posicionada en la clave. En la segunda planta se repite el mismo esquema compositivo que en la primera planta, solo que en vez de ser huecos adintelados son arcos escarzanos. Los extremos tienen una tercera planta que se formaliza con dos vanos, de nuevo adintelados, decorándose su dintel con una moldura que repite el mismo esquema de las ventanas anteriores, flanqueadas las molduras con tres tondos decorativos de motivos florales. Todo el edificio presenta un coronamiento de crestería con modillones y un pretil decorativo de flores de lis que tienen una reminiscencia orientalizante.

Como ya se ha dicho, el resto de las fachadas son similares, destacando sobre todo la contraria a la calle San Juan de Dios, que muestra en sus paramentos una organización escalonada que se completa con una escalera en la planta baja y se remata con un reloj bajo una campana. La fachada trasera (la contraria a la principal), muestra también simbología masónica al poder ver en ella dos elementos, por un lado la flor del pensamiento y por otro un libro, ambos símbolos masónicos. Entre ellos se da una relación de dualidad y sinécdoque, pues el pensamiento alude tanto a la flor (botánica) como al pensamiento y a las letras, letras que se ven reflejadas en un libro (D. Martín López, entrevista personal grabada, 17/11/2017).

Si nos centramos en el interior debemos decir que el acceso a la estructura se hace mediante la portada principal que conduce a un zaguán labrado en madera, antesala del vestíbulo de entrada, estructurado a diferentes niveles con escaleras de piedra gris de Sierra Elvira y una doble fila de columnas corintias (la primera columnata de tres arcos y la segunda de dos) que dan paso a la gran escalera imperial de mármol blanco, con un gran cuerpo central de escalones, una meseta y dos tramos laterales, cubriéndose todo con una bóveda ornamentada con diferentes pinturas. A ambos lados de la escalera imperial se abren los dos patios interiores, elementos vertebradores y también iluminadores del interior del edificio.

Podríamos decir que ha habido varias intervenciones en este inmueble pues l edificio ha sufrido obras de ampliación consistentes en la colocación de dos núcleos de escaleras en patios, que conducen a la terraza donde se han adosado un nuevo aulario a los torreones y a un sótano donde el gimnasio ocupa la superficie de los patios. Esta intervención ha originado que la imagen de los patios se desvirtúe (AA.VV, 2002, Pp. 276). Al tratarse de un Instituto Público su propiedad es pública, y está protegido con el Nivel A 1 según el Plan Especial del Área Centro de Granada.

En cuanto a su estado de conservación debemos decir que se califica dentro del catálogo anteriormente nombrado como "Estable", tanto en la estructura como la cubierta y la fachada. Su uso no ha cambiado: tanto desde su inicio como en la actualidad se ha destinado a equipamiento comunitario, sobre todo al uso docente y a la enseñanzaal tratarse de un instituto. Es de lógica, por lo tanto, que esté abierto al público, pero n o solo porque es un centro de enseñanza, sino porque también alberga en su interior el Museo de Ciencias del Instituto Padre Suárez. Debido a esta situación, el instituto como tal no se interpreta ni se difunde en su totalidad, solo se hacen labores de difusión del museo, y éstas son muy escasas.


[1] Si acudimos a la definición dada por Daza en su diccionario, podemos ver que el término "constelaciones" se desarrolla de una manera profunda. Asegura que "en la antigüedad, las constelaciones desempeñaban el papel de espejo simbólico de la naturaleza humana, de sus pasiones y deseos. Por esto, se han visto en ellas objetos simbólicos (compás, balanza, sextante, etc.), animales [...] imágenes de la realidad interior. [...] No todas tienen el mismo número de estrellas, ni ocupan igual espacio en la bóveda celeste, ni tienen la misma relevancia desde el punto de vista astronómico; pero hay una docena de ellas cuyos nombres todos conocemos: son las constelaciones del Zodíaco. [...] En el templo masónico, las constelaciones del Zodíaco están representadas en las doce columnas (diez en sus paredes más dos en la entrada) figurando el signo correspondiente el pie de cada una" (Daza, 1997, Pp. 98). Queda por lo tanto patente la importancia de las constelaciones, ya que se introducen dentro del templo masónico.

[2] El labrys es, en definitiva, un hacha, y el hacha, según expone Daza, es símbolo del poder de la luz que expresa la capacidad de discernir los contrarios y de abrir el mundo material. Afirma además que "es uno de los atributos de las Logias de Perfección, y en algunos casos, cobra un significado de indestructibilidad" (Daza, 1997, Pp. 182).

[3]Según aseguró el orotavense en la entrevista, hay muchas rejas en esta época que tienen piñas. Si nos pusiéramos muy puristas podríamos decir que los primeros remates que hay de piñas las encontramos como remate en los campanarios de la Catedral de San Pablo de Londres. Esta catedral la proyectó sir Christopher Wren, el que fue el primero de los supuestos arquitectos masones que marca el paso de la transición de la masonería operativa a la especulativa. Es el primero que usa la piña, y en muchas de las construcciones británicas sí hay remates de piñas que tienen significación masónica (D. Martín López, entrevista personal grabada, 17/11/2017).

[4] Este hecho se debe, según David Martín López, a que este edificio, si quitamos la banca Rodríguez Acosta que es posterior, se inicia en piedra, hay una huelga y por eso aparece el escudo de Alfonso XIII y la corona mural porque se acaba en tiempos republicanos (D. Martín López, entrevista personal grabada, 17/11/2017).

Autor: Daniel Martínez Molina.

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